Pao A O
(OB RAS) AS 00
NS, a |
INEA
E | l Ra |
|
¡
| LIO lara (Pohaa. en PEO di IN il
¡Ada OCA 90 Jauaiutaio, (Y fra) porfin
| EG ADO (Tomo de vayis Lscuvioz).
Ll rd ca espirtool Ml rro pa 200 y LAMALAA AO 8
NE aaa /303- (Encuodiraado com Mochis), |
Biologia y fnmivisiro, por frigorio Alaro |
ARA
Les elror Ador por «ros olores — (Lifiraiod” |
| he zegoz, eu wi Ailvopotoielagia [UL cof,
¿a Fern mo 2 loa AU Kecortz). |
Biología y feraínismo -
ñ fenferencia leída por el doctor
MEraibr: ena Sociedad Económica:
“Sevillana de Amigos del País eli9 de
"cbrero de 1920.)
ri y Señores:
. Sea mis PULMeTaSs palabras de gra-
Poe la Junta diregtiva de esta So-|
| ciedad por el honor que mehnce al]
incinirme á mí, Inodesto túcnico, al.
ado: de tas Ahastres personalidades en
AFRAOS de 2ipucar Esti: conté ren
128. :
, Gracias 1 2anbjén al pú “co que me |
ento con su presencia, Y Gor Jr adelan- |
to: La ciendo | cen 1
pS más firmes conviccio
Y uo coloca gfan parte dela cul
08 0 ANS injusta que elsexzo:
ciro acnpa eh Ta. sociedad/ a
«ol entandida veladura de cue
que sélo cuando se tratan car
La adquieren su máximo valor
Yo no soy un orador ni un liter:
A a nn
[Nos aetir laS cosas en. torna. qe po]
brezogn lo contrario de mi pensamien- |
Í Lo. $ Soy, tan sólo, un biólogo, y en|
Hiolosa no hay más que una verdad, | |
y ésto, sitenpre es honrada y pueda!
| nddn da las - caracteristicas biológicas |
el!
¡del país donde se va á aplicar.
No es ninguna rpovedad enfocar
problema, feminista en su aspecto bio-,
lógico, en las raíces quele atan 610 |
|
y
a presentarse sin velos. Y P
| Necesito algunas palabras para jus- |, Íntimo de ta naturaleza del sexo. en
[íficar el tema de esta conferencia. | fo, en general estas contribucionest-
- [Que el ieminismo es un asunto del in-1 | S0R escasas, y. sobre todo, E apaca
Emediata aciunlidad, está en el ánimo |Sionadas. Seguramente PRGUA ONE
|de todos, Venía siéndolo desde hace | | do muchos en'el libro
algunos años, cada yez con mayor re-¡ ¡evado y traád > por, femunas
Jievey apasionamiento; y lo gnerra] feministas, en el a ao
| europea, al Plantear el. rondas de j ro:
Ha utilización forzosa, de la mujer en
| trabajos hasta entonces reservados to- 1
- [tal 6 casi totalmente al hombre, ha,
- | dado un súbito y enérgico impulso «1]
| movimiento feminista en las naciones
beligerantes, y, de rechazo, en las]
neutrales. Las Asociaciones sufragis- |
— | tas han logrado, al calor de la guerra,
Vobjetivos que en los ac
dee les negaban Obst
mismo ha ocurrido con las edspiracio- |
- | ¡nes económicas de la mujer; los gru- |
: posy organizaciones feministas de |
- |[pfodo_el mundo se agitan de nuevo, con:|
| las huestes más compacta: nes
y con laíe que dael haber Ada
¡ya parte de la batalla. de
¿Sólo una síntesis informativa. im-
porcial, do cuanto se ha dicho aa
“mento sobre el feminisino, y un análi-
—W sis de sus aspectos ya planteados en]
lla práctica, justificaría el distraer un
| (rato la atención de un auditorio como |
que me here el honor de escuchar-
| me. Pero mi objeto es otro, El feminis- |
ca en nuestro país, eNtodavía DES
inorgánico, amorfo, embrionario.
existe una acción ' ados E0
fer; pero pre senta, |
icon tan Eablosa parch aaa que, sin)
| L pientras a
Yo creo que el aspecto biol
Hernimi ismo no puede plantea:
tiendo, coma Mi :
ento Ae |
Lo a haz e dia es lo si.
aa a ZO que pueblan la
nte distins]
ien; las
la. slán. 'Ñ
: de 10m) y
l.de los españoles es reparad
recibir la reforma. Se corre e
que en estos tiempos de
andar de las Sociedade Ss no 1
» eñdería) de que las aspiraciones pe |
¡muestras leministas alcancen estado |.
Jegal de un rodó prematnro. Porque |
bien hay leyes que educan £los/
ueblos, hay olras Jayes que exigen |
ame previa educación en las muche- |
3 ¡«Tumbres, y de esta última clase son |
buena parte las que pretende im:
aufejr ell feminismo. —_ |
Hay” qué 6 operar uleutenion E el]
€ ema dados. ¡aspiraciones achiar |
le laymujer desde un punto de
lógico; esto es, no como algo |
invariable. sino como una co: ]
e, adapiable y viva, distinta '
| rencias tan Morada. “que “normalménte :
atraen irresistiblemente 4 los dos se]
:x08; patera hocar, En nunca.|
| “contrario, se Polonia más allá en
| la esfera pao 1d ps pe di y el A
| o tulita y de la os
¡He aquí el nudo del problema.' He
|
“tas dos glándulas, la. nena y laj
A, ti tan di int más ls |
pl
' polos en que se apoya 48 eje en torno || ¿
del cual está girando la humanidad |
desde sus comienzos hasta que des. |
| aparezca del cosmos, ¿hasta dónde 1
extienden su influencia, respectiva? Ena
“la vida vegetativa de los'serea Uma] "só de los materiales autriivos; es tar
NOS hay. al lado de los sectores se Do tabólico, según la. acertada presión |
rados por el abismo del sexo, otros i0-1 de Geddes y Thompson; el de la hem.
Ñ diferenciables, comunes, Como la di: bra tiende 4 la síntesis, 4 la reserva;
gestión, la respiración, la circulación, es anabólico; el primero, es derr AShÉs
¡que en nada ó sólo en pequeños deta- | ej segundo, ecenomía. AE
(les se distingnen en un hombre y en] . E a O o pe
una mujer normales. En la vida afec-]' E e ENE pe 0 Y ee 2 ia N
¡tiva y en la vida intelectual, en la ac-|] hondo de la vida del orgamísmio, Una
tividad social de hombres y mujeres | [Wiferencia que nos enseña, con la Í
exactítud demostrativa de la tísi:
química, cuáles son los Caninos
| psesciós que para cada sexo ha tar!
rado el Destino, El hombre tiene cons-j!
tfuídá su economía para el des atte; |
“es decir, para la lucha en el arpidente í
externo, La mujer está hecha para eN
ahorro. de la energía, para concentrat”! |
la en sí, no. para dispersadia en tor]
no; como que en su seno se ha de f0l-]
«mar el hijo que prolongue su Vida
de su seno ha de brotar el alimen
,; delos primeros tiempos del. DUSvo |
Claro es que esta diferencia fundar *
| mental en la íntima nutrición de cadad
sexo depende rectamente «1el órgano y
característico del mismo; esto es delq
toyario de la mujer y Gel testículo en
el hombre, giéndulas ampes que por f
lintermedio de productos que vierien
len la sangre-—las ya tan vulgariza- *
y en anima!
macho de la hembra. Los naturalistas |
| y biólogos afinaron después las dife- | 12
| rencies que 4 la afectividad imprime || das secreciopes internas—actúan, end
| «cir, el distinto modo de [!colaboración con otras glándulas de |
y - | |la-misma categoría, pero siermpro ba:
males el alma de jo la dirección de las sexuales, sabre]
la nutrición del orgaúismo, regulán- |]
or. [dola, imprimiéndola mayor Ó menor |
fare lintensidad y haciendo así que predo- |
emo. de la
4
|
2
0 2
| Pero no se redu
| rencias que el sexo 1
| tpraleza humana.
Faec
[que
E externa y la actividad vegetativa,
sino tembisi la elaboración mentall
3 | ¡de cada hombre y de eada mujer están |
[nombre genera ee : directamente influenciadas por sus |
[gánico». El a A lo es ínti- 1 respéctivas glándulas sexuales,
mo de la química del sér vivo»es, DOY y IES ES
| lo tanto, perfectemente distinto en ca- 07 los tiempos en quese discutia |
da sexo. Blair Bell, en un sugestivo (|. el espírita es independiente ó no úe|
“libro, insiste roucho. en estos buchos CON la, la ánterior conclusión hu-
—|tam decisiva, que tienen para la com-f,. A e reposo úe los |
- | prensión del feminismo aciual. El me- foo so ,2dquiridos por la Biología. |
- Habodismo del varón tiende á da. trans-[.. GE
o
cia j cla q AIN
: ei 240 “al gasto dispendio- 12 2 Hivulgación demosiraciones |
tommación TApIdo, 28202: mr = Icientíficas (por lo demás bastante en- |
-
a entre
» el que, ra. más A: del |
«muscular, la IOayor el
vaso lora y la 10-|
X ie ad de la célu-]
os tan. ei
que de ellos : depende, 4 y
mujer. £232% COMO tipo!
ta en sus mOvi OS AE
do en ll
1 fuencia. do éste traza un
írculo, y que dentro de ese.
ula se a todas las activida: Al
e.6 dela rmmujer; la
a: da ¡influencia
len; .asi.corao en lo me
tinguimos los caracteres
n «primarios». y «Ssecunda-
también, en' do funcional,
demos dividir las: actividades da | > '
sn
todo el conjunto PS
ciales, a po
| SA
Ñ nds Y complica %
| per. traer cada día el
| para. la Hembra 5 para la ¿ prole, bus-
A tc ci
do cada! |
stento preciso |
ala feroces; debe e ia |
en fin, de las inclemencias del'
“ambiente. Todo ello requiere tiempo, |
| destroza, resistencia» construcción y
odos de actividad, en suma, aparen- |
pigmento, extrasexuales, pero. que, en|
realidad, e icnid estrictamento 58
' j
SS niño Mo que empieza. d valerse |
, qe eE AOS va-|
jores de.
| «pacio. para el cl t
funciones AX ales secundarias, |
E se pe se enano interno Aa
ak creacio
| ARES
- COMO e rosana |
os de atraer al varón, |
e rada de todo el pro |
e ed eo A |
ón de las as actividades Í
"a en E pare ja humana pri- |
|jmitiva no obedece, pues, en modo.al:.
guno ¿esa irritante desigualdad im- |
[qua por el. hombre, que constante- |
mente invocan las feministas. Es que |
bad ls ba marcado ya, fatal-
to. Ja existencia de esa desigual |
- Y es inútil tratar de equiparar |
vidades de los dos organismos,
dos con arreglo 4 un plan
nal diametralmente pd uni
OS , sino ya los actuales.—Ey cierto,
aros á hablar de éstos. La civili-
3 4 y Se . *
y ESA
. An
zación actual Ha: TAMBO POr Cóm
pleto: las condiciones de la vida dela |
t Humanidad. Un. abismo.
pata al actual bombre de ciencia, que:
Finclina la frente dilatada sobre el mi:
y croscopio, del fiero varón de la edad
paleolítica, que, según nos describe
Obermeyer, acechaba» agazapado en-
ltre Jos arbustos. avizor el ojo pene-
ltrante, la caída de un elefante 6 un
penieO De
k rar también á la, Im
«hemb
Bara £ ás. d Pm
de tantas complicaciones en AE vida]
|
|
|
1
sus
1 la labor manual del, picapedrero hast
11190 profundidad del > |
E líñe
B od LS y consciente e sus de | científico,
j feliz—1e il
fígica y espiritual de la especie huma- ||
Na» oa
tratar de. los problemas n: E
Ahora, como en los: “albores de a vda
humana, no es posible la igualdad ab-|
soluta del los pas GA porque su 05-
mv li q primitiva 1
! ena | vacilaremos en contestar que s
les piimarias. ed CALDAS de. sl E
¿aciuación; toda esá, serie de episodios, !
Nestrofas de un largo y admirable poe
| Bd Ai con las más
puras s más ho
res, que se encierra. en un nombre |
| maravilloso: «la maternidad». Nuestra
l'mujer, como la pa
t | para ser madre, y debe serlo, por en-
| cima de todo. Y la mujer que esma- |
láre: y que lo es plenamente, y, sobre
todo, la que lo. es varias veces, no de- |
¡be tener aRoOr 2 'suponiéndola do- |
dedicarse L dctuvidades “sociales exi
'trañas all hogar.
En cuanto al homhr
los; la función sexu:
pe
2
SS
| seguir. siendo. incidental. Cuando no |
ocurra, así, cuando hace del culto de
la amújer el objeto principal de su vÍ-
ada. esto: ene Jo psicología:
; del «henorion,. y ya ho: és. un aa
perfecto en. el sentida de a masculi*
nidad, Se day buses; da paradoja: de'
SET ed E 10rloy Sea .
la: sutragista |
MÉña. El campo
SaxtL
( e A si-]
, |
I
ondos dolo- ||
Jeolítica, está hecha ||
|
|
'
aun anterior á la hum
inmenso. se- | Pse:
rudas. aventuras venat
o hombre: paleolítico,
xaí, no tiene duda, como
e Weinihg8a y - Vietohnilio
apuntaron, el sentido 's fal de 1%
tividad social del homb en Ñ
grados y manifestaciones; 488
Y esta afirmación 1OS. eva, al plan]
ll tzariento escueto del problema si]
4 | guiente, que es el nudo de la cuestión |
í feminista :, siendo las «actividades
1 ciales. (manuales, administrativas, p p
| líticas, científicas, artísticas, etc.) fu:
ciones sexnales masculinas, ¿estarán |
desde el punto de vista. biológico, 15] |
e ree
ra, ten la práctica, en la regla general |
caben Numerosas excepciones, que. ]
mos indicando.
Pero insistamos amtes en la afrnia-
ción de que la mayor parte de esas:
E:
padvefsas actividades sociales. pea
orden 38 as hay un.
de observación del más alto val
es el siguiente: el éxito social
| hombre un motivo de vigorosa ;
¡ción sexual respecto 4 la mujer. e
la mujer, respecto al hombre. ' ES
El triunfar, en la vida en cuniguto
el Ntra el Hi6S poderoso y a no
resorte para ganar el corazón feme
no, A esta razón, puramente -
bobedece el fersor que infunde al. Bol
bre que lucha la*presencia de la mujer]
llamada, sentimiento tantas Veces ex-
)plotado por escritores y artistas, tan
¡antiguo como la misma bumianidad Ea
¿“puestof y
que también se observa en el reino]
animal. Helo, aquí, para escoger un
ejemplo remoto, maravillosamente ex |
a presado por el cantor ena del /
En «Mio Cid», po pinta 2]
dor próximo á entrar en batalla con-|
i tra el rey de MarKi
tación porque por vez: primiera su mu |
“der, ds1ide lo alto del Alcázar de: Va]
pa va 4 verle, luchar: e
Non a ados paros ARO beros 6 sine |
SS a vóndes Mio
¡ue me
| rssaáós por Ta natural
| mujer á de vida del hogar.
El valor, la decisión: :
Ma presencia de la, mujer imfunde, res- ||
.ponde al sentimiento, netamente se- |
“xual. de que la victoria le hará ser |
preferido entre los otros hombres ó|
o E cari 2 :
l
Ñ [apartamiento para el hombre qu
Peate de su. inclinación - AMOTOSA..
¡puede compararse la atraceió
peje Le
una novelista, ó de una
l o Ó
Jl la lsqpero basta leer su cora
lbre todo las revelaciones, o |
e. realidad, de su correspondencia, '
¡para darse cuenta de que set
ide afecciones - puramente E
ten las que apenas intervenía;
| unica normal de 9 q
18
5 Veces se acentúan, Como pasa
A Sos. bailes, modos de sugestión di
¡rectamente sexuales. Por todo ello, al:
¡éxito artístico. acompaña en esas mu- .
| jares el de la atracción apasionada é
'Ñ | ¡nnumerable de los espectadores ma
- | eujinos, Y el fondo de esta atracción
sexual que hay en estas manifestacio- | |
nes artísticas de la pa lo demues-
ra el ao ea
1
A
|
“OCA 10
Otras varias razones, ya más cono: |
| idas, A nd en ALOYOS a la!
e ucacióó que e al hombre,.:
¡A adomás á las más inteligéh.
es de la preocupación y el cuidade
«de la prole y... entonces hablaremos.»
Tal vez suipongáis, que estas pala. |
bras. son de úna sutraciota exaltada. |
: h
(das
¡de las fudicionés intelectus í
una ifférioridad de su ena” ner-
vioso (en el cuál yo no creo); es sim-
plemente SU Sexo,
mente marca y marcará sier
TUMBAS gr Telivido es.
sedispenso dl
“Sentes; «de lá
¡do de la pr
Fnrás inteligentes; a
|serlo, si son mujere
| laceptanán esa dispensa;
pra otros
ente, 20%:
rmales; O
del pueblo, de eS mua
"cultura que
¡el víaje; en. la conversación, en MW]
linen las revistas y: sa de Pate 1
que indefectible- p hs
es de los be E- 1
os de los cam; delas ciudades. |
Éstas muje res tienen su único y]
l efímero momento de triunfo y doili: |
sión cuando dam sus primeros pasos |
ES | [por el camino. dé la A Enton- |
o cambiarán | | :
¡por todo-el rendimiento de gloria que ño:
dan al ejercicio: social del intelecto, | [2
la pura y escondida alegría de ser |]
madres por entero, sin restar un se-
«gundo al vulgar pero inetable «cúlda: Mo
do de la Prole».-
Lá mujer, por consiguiente, - “en
-puestros tiempos, como en Jos anti-.
Aguas, tiene y tendrá siempre, como
«misión fundamental, el ejercicio:de
plas: funciones sexuales primarias que
constituyen Ta maternidad. ¡Las leyes]
biológicas son invariables; están bowÍ
enctma de toda discusión literaria. vi
filosófica: y estas leyes marcan, cow
| bamos de enunciar. Pero' no bastat
bdecirs' «la mujer debe ser máditn. |
| Tiene que serlo bien.
| Ser madre es algo mucho 338 cómo
|plejo que formar hijos en sil seño y]
Pp $rios 4 luz. Es algo que se extiendo
muy del acto concepcional, que impli-]
ca: muchos deberes y muchas cuali-1
dades; hasta tal punto importantes,
[que pór sentirios y practicarlós esti |
amor maternal, hay Mujeres que,'
siendo vírgeñes, pueden ostentar. el
título de madres con más legítima rá:
zón que muchas multíparas.
f yo digo que la casi totalidad de
llas mujeres—y hablo ya principal-
'
idad, y la practican luego, henchidas |
del más : puro y entrañable instinto
materno, pero en un grado insólito de
¡incultura, cuyas - consecuencias só
jechan de ver bien pronto en la mez-
¡quindad de los frutos logrados. Y esto
es cierto, hasta el punto de que creo
que en nuestro país el feminismo nol |
¡puede pasar adelante en Sus aspira- y
¡ciones sin poner antes. remedio á este]
¡ranesy en que amenaza nautrágar la $
vitalidad de nuestra raza.
--No Os hablo de las mujeres de las |
selases elevadas, aunque * fámbién de]
elas habría mucho que hablar.» Sino1
na cultura profunda» tienen, casi siato |
h; inequívoca certeza, la verdad. que aci. | |
Ñ
A
mente de España—van á la materni-
pde la tragedia de las que can año
| 'desaparécen en las € zas del hogar,
| No me citen los lírico: ejemplos de
lesta y de la otra. pareja que supo.
cio: q el falsisismo,: «él |
surdo r 5 «conti a
Pbolla». La, realidad. muy ot bro. M6 E
callos dd un bueblb opel Rodo los de |
Pnuestras Castillas—ó. “por los subur- |
bios de las grandes ciudades, donde |
[viven los obreros, veáis á esas muje-
'res.que descansan. un niño “en
rbrazos y varios en'
0, ó quesoala:
«nan en los quehaceres. domésticos, cal-4
culad un RA su A
MU E que estén PIETER
| tocadagrlo la manía, tan femenina, de
“amenguar sus años, yO 0$ aseguro
f.que sentiréjs muchas Vecás dolor y
asombro al saber que apenas han part
endo los treinta años, hay mujeres |-
consumidas por una vejez prematura,
que representan cerca de cincuenta.
Y esto no es una: excepción. Con los |
del Hospital general de Madrid, adon- |!
de acuden gentes de toda Sana re-
potimos muchas veces est
el mismo resultado, patarelmente no:
en mujeres e YS,
vienen aconí
64 las que padecen afecciones agu-;
¡des o por-sí solas nO infiuyen en;
¡el aniquilamiento orgánico.
¡Pero si 4 estas mujeres que han per-
| dido todos los encantos de su Sexo,
v.agotadas, indiferentes y tristes, les
preguntáis después cuántos hijos han
tenido, experimentaréis un sentimien-
$
Y
| de elevada fecundidad, es
¡ extraordinaria, muy superior ¿4 la de
Pto ds PAS os PEE que:
¿han tenido ocho, díez, doce, y con fre» |
cuencia quince 6 más. He aquí, pen-
¿saréls, unas madres admirables, que |
'sin ningún desahogo material en el
| hogar no'haxrr vacilado en sacrificar
su juventud a
den de la sociedad.
¡ He aquí estas da de nuestra pa-
¡ tria que dan vna estadística de nata-
lidad superjor 4 la. de los grandes paí-
| ses de Europa y América, más civili-
Corrolmpidos que el
.zados, pero más
nuestro. SE
Mas preguntarles :
jos viven de los pa dieron 4 luz, y
os aseguro que vuestro optimismo se
trocará en terror, porque de esos hi-
jos, engendrados en. pleno trabajo,
paridos con tanto dolor, amamanta-
dos exprimiendo el organismo exhamas-
to, no quedan ni la mitad, muchas ve-
ces menos; quizá sólo uno Ó ningu-
no. No creáis: que éxagero, Voy á
leeros, una estadística macabra, que
os lo probará.
Se refiere 8N mujeres. de todas las
provincias y ES ispaña, excepto Cata-
uña, Bale y Canarias.
Todas estas, mujeres. escogidas al
¡ azar. periíenecen al proletariado. To-
j das han terminado ya su ciclo sexual; :
los datos gue nos: han proporcionado
son ya, por lo tanto, invariables. Es
tos datos ños dicen:
¡Que un 28 por 100 de dichas muje: |
ros habían tenido más de ocho hijos: '
diez, doce ó más; con frecuencia, die- |
ciséis á diecisiete; en dos casos hasta |
veinte, Esta. proporción | de mujeres
realmente.
los países más cultos de Europa.
jeres fecundísimas. han múerto. 382.
¡Pijaos bien: 473 nacimientos y 382
| española. carnal Lo O ld
Un 54 por. 100.4 de a MG
es ahora cuántos hi-
¡ta el 69 por'100...
un húme fue pudiéramos MAME
omar de hijos3 ú 5—Veremos que | |
la cifra de mortalidad desciende Basa |
Ved, pues, qué treme ido: pero e
estéril esfuerza el de nuestras pobres |
mujeres. ¿Qué dirán ahora ante estas |
cifras abrumadoras nuestros sociólo- |
gos entusiastas? El neomaltusianismo |
más depravado no ha 1
país que se considere más inmoral ni |
Aacertarsa. remotamente á: los iris. |
que produce en nosotros la: tniseria yl
la i¡snor: ancia.
Ue aquí, repito, el elec más |
urgente que, como una herida abier-1
ta Y Sanorante, se ofrece á4 nuestra
acción. feminista. Porque su solución:
depende, claro está, de muchas co-|
Sas! sobre todo de que las condicio- |
seriales de los pobres mejoren |
hasta Parecoria á las de Jos ricos, |
que logran conservar 4 la prole casi
incólume y con más dinero; con -«Go-
tas de Leche, Dispensarios, Aslos,
Ei se,irán logrando estas aspi-
aciones. Pero influye también extrar |
o en el estado. actual |
de cosas la ignorancia de -mujeres y|
hombres en laB cuestiones del Sexo, |
y consecuencia de ella la Sumisión
moral y material de la mujer frente!
al problema sexual. Y el Inchar con-:
tra esto último ha de Ser obra prete-
rente -de la propaganda feminista.
El feminismo verdadero dobe pro-
pagar también frente 4 las campar
ñas de otros feminismos reprobables :
¡la necesidad de que la madro crio
Sus hijos. 4
Y todavía ha de dedicar la mujer
muchos días > cuidado de la dea.
[en estas fases. ideas Beba ser ma- |
¡| ternal, Pestalozzi
¡ muertos. Es decir, una natalidad gue |
¿supera al 80 por: 100. Varios de los |
[del hombre, en. que; Según Su propia
inmortalizó. esti
idea en palabras escritas en aquel.
momento, el más noble de la vida
| confesión, «era ya un niño con la
| Perspicacia, resumía así sus
minadas habían bae aa número de |
| Tigos oscilando «
po anterior: un 65 por 100. Si de esta, |
¡serte de mujeres eislamos todavía. el |
ñ
|
|
ñ
núcleo de las que han sido. madres de |
y O, Si de
elevadísima, es menor que la del gru. |
cabeza blanca; pero un niño que ha-
bía sufrido mucho». En este nvo-.
mento de “sensibilidad y
ideas
Sobre la educación: «Que la primera |
instrucción .del-niño;- nunca Sea;
ta de la cabeza, “asunto de la!
ue Sea. eternamente objeto
> sentidos, objeto del corazón,
objeto de la madre», Y pensad en ||
la labor que hay que hacer para|
que esta sublime verdad pueda. Ser!
|
|
l
p Gata
| % 0
practicada; por tantas y” ES mu- |
¡Jeres que, por ignorancia, gon Írivo- |.
lidad % por tener que ganarse el pan;
¡ fuera del hogar, no llegan 4
Paro no se detienen aquí, en -es- |
| tos cuidados directamente materna-'
les, las obligaciones que impone 4.
a mujer Su Sexo. Nos referimos
ahora á la neceseidad de intensificar |
y difundir la cultura general en la
mujer. Ya está en el ánimo de todos |
que pasaron aquellos tiempos en que |
cum- ||
' i pliria, Fe . |
contratadog, $. gus
Ares de la misma EE la due- |
ñal y con una tibia atracción acogen |
dei al que los vive 6 los visita. |
En prado qué fríg9, qué hostiles ||
Sos hogares sanbuosos en los que la, |
¿iniciativa de la aer no puso mada, |
bo del nisbisia de. OS
tra clase media € ue
Su triste retensio
la frivolidad y la ignorancia, más 6 | jof j
¡menos disimaladas con la graciosa |
¡viveza Propia del espíritu femenino, |
erán, no sólo admitidas, Sino alaba» |
das en el bello Sexo. Todavía mo ha. |
'ce demasiados años y por persona de |
tan alta jerarquía mental como
Stendhal, se decía 4 las mujeres que
«cuanto menos educación, propia- |
mente dicha, tienen, tanto “1059 va- |
len ». «Quizá por esto—agregaba—en | |
Italia y en España son tan Superio- |
res á los hombres; y diré asimismo, |
tan a á lis mujeres de. otros
paises, »
- Hey. OA ao de la ee!
AP felicidad futu-
arte de Su
pos do de la vida Sexual, depen- |
fe de que su éritu está, Entivado
abierto de par en Par mundo |
dal intelecto. $u belleza física -e5 la |
otyre al hombre; pero es el gra- |
liga el modo de su obiritualidad el |
gue lo retiene. La majer Suele tener |
—bptitud extrema para. varias srtes y |
| peupaciones qué no exigen un esfuer-'
Lo de originalidad intenso. Y men-|
tionaremos entre ellas, por Su rela-|
bón con los puntos de vista que veni-!
mos sosteniendo lo que pudiéramos |
48
Ada e
Sos ganados por - Ponen |
con freneuencia 4 da n
; caso, esta majer |
culta, siempre estará Mones A
tritualmente para aplicar Sus conori- 1
mentos, generales ó especializados, á
una de esas colaboraciones en
cas del padre, del hermano y 56
bre todo del eSpOSO, que tan fre
puentes Son fuera de lpaña y que |
: con Pe íntima y perdurable comu- ||
¡unidad ligan la yida de dos Seres de
! distinto Sexo. ¿ll
l Y fuera del hogar ¿debe trabajar
la mujer? El criterio biológico, que
| : Sea nuesira, nOTma, es |
| resusltamente contrario á que las ma-
| dres—fijaos bien, les madres—traba=
¡jen fuera. del hogar. La cabal reali- |
¡ zación delas. funciones. Para las nue, Ip
l ogsia.. Hem rs: |
VDamar el warte decorativo Ea | compati
ico», tan descuidado entre nosotros,
Mo refiero al /adarno de la casa, en |
el que las mujeres de otros pass |
ponen | tan Solícito 6 inteligente cu- |
dado. ¡Cuánta importancia tiene en | |
fa vida del hogar y. en la educación |
¡Je dos que le habitan, el que la ca- |
' tenga un carúcter propio, cálido |
artístico, gue eS perfectamente | |
kompatible don la modestia y casi con |
Carácter propio y cálida;
Porque esos interiores en que cada | |
e es Sobrio y bello y he sido |
bbjeto de una, prevoupación del es
itu e la mujer, parece que están |
a Pads: se coa. de la maternidad, 2
(4 tal conduciríen ciertes tendencias
feministas, 6 se ho de aceptar como;
¡una necesidad impuesta por las ac
tuales condiciones económicas de HE
mudo. Sn e |
- Sólo mita razón económica, | p
_6reo vergonzosa Para nuettra civi! pl E Ñ
ación, Puede :; Tr Sobre las |
razones biológicas que aconsejan la
fupreSión del ARO de las madres,
¿Por eso los Estados y las Asociario-
¿neS particulares se han ocupado de
¡ mujer en ell 4
E
“emonguar el error, tratando de ayu-
der 4 las madres trab jad Ji S0-
bre tado en el trance del )
dela lactancia. En varias 0
los legisladores han regulado el tr :
¿bajo de la mujer encinta. LaS mis
as en Tran- |
de a roles PA:
nadres, que, Po ria abandona-
¡ban un momento la labor del taller
aples el. pesto y volver
| se en que E eo la Patria, que
| <ubo de recurrir al esfuerzo de todos
sus hijos para no perecer. Pero en
| ¡empo de pag parece que el ideal no
¿ba ser ese hipócrita bienestar de que
rodea ú las mujeres para que e.
abajo injusto ses más productivo
' ¿D0, que tada madre pueda serlo po: |
entero, sin verse en la precisión de |
|
| abandonar el hogar para alegar el
| Pan decada día.
|. Sia embargo, algunos biólogos pre- |
| tenden, con rázones científicas, justi- l
| ficar el trabajo de la mujer. Tal, yor |
ejemplo, To a teoría, se fun-
ganando por el |
. a
¡Fual rospecío del.
: pondría. el triun
e mas or ad
A social Y SES
su
eno de justo |
ción femenina, «en lo que tiene de jus-
lo y razofble», porque precisamente
la emancipación económica de la mu-
Jer—madre--es un hecho que pugna |
su sustento, logrará |
ala
1 e ebramte toda i
a materna, pueda verse libre]
de otros cuidados que Jos que Aa ;
a se Telaalanad: ¡con su ar esclás
paste el sustanlo de la. ans Todo %
que no sea estoy. repetimos, supone un
| estado social. muy lejano de la perfec-
¡ ción 4 que aspiran todos tos ensucños
| autópicos, entre. ellos el feminista...
j Ciuro es que. esta exencion. del tra- 1
bajo ajeno al pia se pobre. e sólo va
pertec ión |
' térmica y el ¡qe de estes ealario.
op AE que si las da as |
'riglesen al mundo sin las trabas que
+:8 ponen, prejul :10S ó realidades eco- |
-óMiCas» mor les, religiosas, eíc.. el |
| numero de las. Mujeres no. madres
e. amenguaría * extraordinariamente,
| Jorque amenguaría mucho el número |
«le las que hoy quedan, contra su vo |
:'Cntád, solteras. Más todavía queda:
cía el. ejército de las que, casadas, ,
sonfestérites, y, por fin, de las mis- |
nas madres en los años que pr uceden
ala maternidad y en los que la siguen, |
«uando el ciclo sexual ha terminado |
y los hijos, ya. crecidos, se ¿Aspersan |
del hogar.
Entances el isbajo/de e mujer vo]
sólo es legítimo, sino necesario. Y en |
España, entre todos lós países "de |
¡ suropa, es donde més alto so debe
detir, Con profunda pena vemos'to-
«los tantas y tantas mujeres 4 quienos £]
al destino no quiso llevar por el cauce
¡ lo la, maternidad - que consumen sus!
¡as en una ociosidad absurda, sólo!
¡Lanimadas por los más frívolos estíma- |
¡los de la vida de sociedad y por las |
| prácticas externas. del sentimiento re- |]
| ligioso. Y esto ocurre . no sólo enlos |
hogares acomodados, sino en aquellos |
| | de las últimas capas de la.class me: |
j lata, en los que el padre trabaja sin |
|| descanso para sostener la numerosa |
| familia, dela que tal vez forman |
! | parte dos, iros 6 rua has en
fe uchal
o a car nel :
Bovar la tragodía de la vulgaridad f
|
las póginas inmortales de inadarme
| del hogar modesto de Francia. Y ved y
l cómo una escritora SERIE contám- |]
poránea describe la vida de la mujer
len los interiores de la close media de |
París: «Pasa el día en hata en su mez-
Í quina habitación. matando el tiempo
como puede, en charlas con las veci-
|
pala sugestión, firmeza. de 3 juicio, ini-
| "cialiva. 1n telsctual rápida, jvroluntad
l'recia,. y aun ciería dureza Sentimen=
tal es Ranes incompatible con.
| E ds o se 4 Iommen-
nas, en largas observaciones desde la |
| ventana, detallando las «toilettes» de
¡los que pasan. por la. calle. Confeccio-./..
¡nas para distraerse. «pequeñas labo-
l res, ques al cabo, Je resulian más ca- '
Tras que sí las comprasen en el alras
l cén. Como esos prisioneros que espían
Ten su celda durante horas y horas los.
| movimientos de una araña, el espiri-.
¡tu de esta pobre mujer se apasiona
desesperadamente por los. más nimios
l detalles del hogar.» ¡ Qué exacía pin-
fura; COMmo hecha por una mujer que
¡seguramente ha vivido lo que expre-
sal ¡Y cuántas visiones de nuestro
medio, de nuestras propias familias
quiná. nos sugiere su lectura! ER
Afortunadamente, cada día es entre ;
nosctros. corno antes decíamos, mayor |
el "número de muchachas que se pre-
paran con una sólida. instruechón, no
¡de la que antes se lNamaba estúpida
mente de «adorno», sino de .
¡el día de mañana puede servirles pa- |
| ra ganarse la vida, 6i desgraciada. |
pao ia Circuns cias le 'obligasen |
4 ello. Aun entre las hijas de familias |
aetibadades y poderosas van .abun- |
dando las que. estudian Carreras co- |
merciales Ó científicas.
Es muy curioso que muchas de estas |
muchachas que obtienen titulos pro- |
'fesionales. tras largos años de traba- |
oso estudio, se , Casan, quizá con un
compañero de aulas, y al entrar en la-*
vida matrimonial abandonan el ejer
cicío y, 4 veces, hasta el recuerdo de
su carrera. Con toda claridad nos in-
la que |
pontes; dales
tos; Pero: jamás 'v1ó m1 verá el mundo
una mujer justa. No! Susoribirla yo.
estas rudas prulabias pero sí decla-
ro que Ta indi lición: pasional nece-
ragmento solemne de
Saria para ely
administrar la! justicia, me Parece!
muy difícil de lograr por er espíritu |
exuberantemente. sentimental de la.
ger Reciontemente, en Ine laterta, |
una dama que gema tan alto Tango.
como mada mue E ha sido nome
' brada juez de Pero todos 105]
1 Cie ada
lenas de talen-.
4
A
N
¡indicios son de dll: paso de la mu-
¡Jer Por estos sillones. ¿públicos será '
tan. poco relevante conto | |
e por la ciencia! sl
tan gris,
viene Siendo u
| por el árie mis
Hay, sin: emba profes
| que encajan pexk
merecen, Por ello, in comentario ef
¡pecial por parto del biólogo. Como
que £ posar de desenvolverse en púl
¿bliéo Bu: actuación no son simo la|
| “prolongación de actividades, fmtima= |
mente ais
“maternales, Me 7 7e
za, do-los vifys sE
¡109 enfermos 'La enseñ
2 red
tica este hecho cómo esa. pratesión p on
¡beral, que sirvió. para cultivar el es
síritu de la joven» y- que .la hubiese |
bastado para vivir independiente:
mos la ogini
| dogogo clásica
lonente, de ser soltera ó de no tener |
vijos, pasa, con toda su pompa acadé-
Íonica, 4 un término secundario cuan- |
Í 10 la mujer adquiere el sencillo título |
AL Háblan de profeSiones, nos refe-
rimos 4 todas las ocupaciones co-
Merciales y mercantiles y al CIsE i-
clo de varias ocup: C10T :
; o TO ) 'Da-'
TeCe AS imo para la mujer: no Má-
dro. : En cambio, el ejerticio de los
cargos públicos que reguieren gran
| inder endencia de criterio, resistencia |
le at
Ñ
sionos | |
Minento en la con- |
¡textura sexual do la mujer y que
ve libro so- |
dormirse nin-
Uta Zo $1 pági- ñ
: lograrán, pues,
si oda mais del mismo modo que |
«debiera criar. E sqs hijos, los pudie-
se iniciar personalmente en la di |
cación. Pero hay muchas madres que |
.
1
]
|
j
Es
per
DÍ
- de la esten.
y ú la madre q -
y | nicos.
- mobermal
"
Otro tanto puede decirse de la ásisz
tencia: de loz enfermos. La dulzura
Bores espreñtl de sacrificio que tan.
icarocterístico es del alma femenina
[y del que con: tan poca fortuna. e
|burlaba Moebius—y además“su habi-
E |
3
yd
3
a 12
l holgada. ceutación 4 innumerabies 1
l heroicas mu
¿de la bondad de
| frecuencia de )
lidad y ligereza para las pequeñas
pass ' 3 :
tato aportara; perque" para llevar |
á cabo tan excelsa misión, ni á las]
¡profesionales les puede faltar na e
'Píritu acenárado do caridod (y esto es 1
en último término religión), ni 4 las |
que van 4 la cabecera del enfermo |
amor ú Dios les |
viene mal |
2
por puro
ún buen .
3 A
EA
He aquí limita
das las zonas de la |
Jegítima actuación Social de la mujer, |
con la imprecisión obligada en tado |
problema biológico, pero con el úni- |
eo eriterio racional, que es el bioló: |
espíritu de sacrificio de 1 1 PBIGO: Mas aquí surge una objeción
espíritu de sacrificio de la mn polente e ESRÍNADdo de pan
sar. Es indudable que pocas 0. mn-
chas, ha habido y hay mujeres con
«reconocida amtitud para todas esas
actividades que nosotros considera-
mos extrañas á la fisiología femeni.
operaciones manuales de la vigilam- na. '¿Por qué privarias de ' ejercer
jaciénte, la hacen Ú
nn.
se La probado esin
A guerra que acaba,
pla que ejésvitos de
nar
esa aptitud y Por qué privar 4 la.
tamente Superior. sociedad! de los beneficios de Su ae-
tuación? Claro está que no. El en-
terio biológico no puede poner obS-
táculos, Sino todo lo contrario, á la
actuación Social de esas - mujeres,
r los puestos de ¡actuación que dada su psicología, Se-
han conquistado | yá completamente normal, Lo que sí
| jaureola que con- | haremos constár es,
leudor “eútre
cometida por
tiempos de paz.
a ar que ni en loS
las casas de los enfer-
nos á las médi-
pen ni los que
bajamos p
, indir
ción de las es
Stendhal decia
¡testro de las virtude
la. habitación e
continuación, :
dos «pero Si.
, insustituíble actua-
A ,
dar conparión 4 nuestras mujeres?»
eniender con ello el gran es-
critor que, teórcimente ál menos, el
Son tantas Jas calamida
cas de la humanidad; que dan
des
* Trauijeres, Éntre las profesionales. y 142
1 : SS 15 pr
¡religiosaS;
Ss, podrídmos
ne esas mujo-
ros, como antes sosteníamos, son bio-
lósicamente excepcionales, escapan á
la ley normal de su Sexo. “Nosotros
aceptamos, pues, sin modificar una
¡línea esta conclusión de Weininge:.
«Libre acceso á todas las profesio-
¡nes y ocmpaciones para aquellas mu-
jeres que, en relación con. Sus nece-
sidades psíquicas y ¡en conformidad
¿con $u contextura 'Somática, se Sien-
|| preeminente.. Ags
ja que redoble la |
edades para]
1
1
tan inclinadas al trabajo masculino,
puesto que en estas mujeres Se acu-
San: vigorosoS trazo3 de masenlinis-
mo. ¡Pero no Se pretenda incluir en
ese movimiento % todas todas las mn-
res!» ; a Elis
Insistamos, por lo tanto, una vez!
más, en el carácter Sexualmente
normal de estas mujeres que saltan |
al campo de lo actividad masculina |
y en él logran conquistar un lugar |
'oras, - pensado-
| ras, artistas inventoras; en todas!
100
1
l
/
7
j
/
1
distinción por cierto un ll
as quo han dejado un nombre uo |
en la historia Se pueden descu- | fi
brir los rastros! del saxo mu*culino, | [Hi
'odormecido en las, mujeres nOTiMA- |
lea y que en ellas Se olza com anor-]|
mel pujanza. Por mo traspasar Ja]
1” UN
pd
ya excesiva longitud dé esta con-
feramcia no.09 preSentio las pruebas.
la hetoroSexualidad de muchas]
dustres de otros tiempos y.
ide
mujeres
¡también de los nuestro”, Pero Si de-
bo decir* tae . ts debe-
¡mo A ;
79,
cono. un endmeno Peas
¡ra explicárt
que todos, hombres . y aujere?, ho:
se sido; a. bi: al
| De dd Poe ON E der 4d
el sexo de cada uno de- mosotros
hacia el lado. masculino 0. ae acia el
femenino, depende de una
cansóa, tal. vez de un accid ate dor-
tuito. Y al fin, cuando Se «
prolla. el sexo de cada
lempre qúeda 0 latentes, ont UI
lo, rudimentos de los cara:
sexo contrario. Ss. Qecir, 9
hombres levah en 25007
géxmenes cmortiguados de
a ros Eod “potenciales. cs
adormecidos en Sus entrañas, E
Es decir, que la diforenciació
los. dos sezoS no es tan absoluta,
profunda como Se eres. No es uno |
cuestión de calidades ena: |
distinta, sino Sólo de e: nidades, -
proporción entre. dos elementos 50
existen en uno y. otro. Sexo. Ahora
| no nos extrañiaremos de que haya
| rouchos séres econ el Sexo no bien de.
¡inido, Sobre todo en la mujer, por
ser, sin duda, como producto bin-
plógico, ¿menos «terminado, de más
vagos caracteres que el varón. Y
compren deromos claramente por qué
esas mujeres, que ban Sido forma-
¡das con un tanto par diento exage-
rado del
tado para el bombre. ¡Cuán ilenas,
Por lo “tanto, de profundo sentido
biológico, estas palabras de We
ger: «Cuando una mujer q
¿emaneiparse, no es- ella, Sino
e
¿hcmbro que hay en ella el ies
e , :
emanciparse»!
Weininger, divecendó ya un poco
a rr te, habla de un esexo in-
Y n el que incluye á estas
A,
su. lidad. Pa- |
oslo*k Lemos. de recordar:
do toda la vida en uuestro e! | dejarse crecer el pelc ú
3 | con. AE Li
varón | |
| Y
[en DEA con deta r
factór masculino, acuden
instintivamente al campo Social aeo-
110 biciógico, El biólos
mujeres emantipadas,
¡las artistas. Y ad esth LA
precisamente entro los hombres ar- |
vistas. se dam también, con mayor
| frecuencia. que en _otras setividades..
en OS cae . caraciere
dencia aca A
2 tomocer. á 5 Á
: por — menos Sin citarle) de]
ima: el artista,
tivamente, _desde anti;
la propensión. que tiene o el
ala! so; a el el
ación, ed 4 eos ta, de
So
sel. od o es ) Y Surna,
SER 107 de A
gra sales a... E te
el vigor creador
unido const an
mo recio dE
cl lidad se aces |
rente in-
molen , esos espiritus, xu
“tan del uno
te TO: ed 10 Di e
¿debía Pres
1035 tablacdo del
de 9% Spec p5SS
sjonal 6 apeial del
de de far sus ia
que come > otros d
«ves de las o a :
arídico y el político. EA
- Respecto á 1gs aSpiracion se Jurtdi
cas de la mujer, sólo espíritus atrió-
inutilidad y la indelicadeza de
de Sean iguales las leyes para ambos | |
O
xo*, que esto sólo Justificaría
peorianto:
pres a ar.
| un . «tercer Sexo», al que pertenecen y
los artistas. He aquí sus palabras: |
| «Y si iu vestigamos hácia cuál de los |
| FotroR Soros se am |
|| veremos que hacia el femenino. Efeo» !
197 no. Se obServa
el artista é,
WS p yr beibrald] |
|
|
|
| Diarios pueden regateario sq Simpasj
«tn, Es tan eporme la injusticia, la |
mayore$ 'apasionamientos de las rel
vundicaciones feministas. ¿Cómo ha
podido el hombre ser tan injusto con
Es: Sezo que le dió al sér y al que.
| anesnes, Se complace en llamar «dé-
| bil* ¿Qué varón podría no ser ca-
| paz de no Suscribir estas venerosas
palabras de Gunlitt?: «No quere-
mos que la mujer goce lMnicamente
de los mismos derechos del hombro,
pue? esto sería "una injusticia para
ella; reivindicamos para el sexo fe-
menino derechos especiales, inase-
para aplaudi
¡gún día sej
das las disp legislativas que
oridad de la mu-
€ A A A
pun
¿2bora Sólo Se aplicaban al hombre
Todas 1aS leyes que se promulguen
en adelante deben referirse escueta-
mente al sér humano, sin distinción
AREA E E A
CY, el voto de la mujer? El voto
de la; mujer—y con * estio ermina-
mos--Sólo indirectamente noS . inte-
vesa,. y j
“ción. Creemos indudable que los Fa
¡te en las qué por su número influ-'
largamente en el hombre español de |
muchas clases Sociales, preciSamen- |
yen más en el resultado. de los Su-.
fragios. Pero en la mujer de ciertos
países se da, además, la circuns-
tancia de la dependencia Sexual, la
sumisión al Sexo contrario; SumiSión
mantenida por la fuerza en el am-
biente matonil de nuestro pueblo, |
producto desenerado del hondr caba- |
lleresca «de' núestro Siglo de ¡oro y
tan vituperablo, aunque más elegan- |
te que el matonismo de ahora: 2umi-
sión mantenida ¡por Ya imeaternidad
resignada y Pasiva que antes hemoS
comentado; por toda la tramoya de
las convemencias sociales; por todo
el ambiente seniimental y literario
de nuestra raza, que tiene arraigado
en Su propia medula este concepto
violento y Pasional del amor. Y en
estas condiciones, el vota de la mu-
mer no puede representar una fuer-
Za imparcial que purifique el sufra-
cio—coma nuestras feministas pre-
tenden—Sino un simplo refuerzo nu-
merario de la misma actitud de los
hombres ante las urnas, Aun en paí-
ya tan distantes psicológicamen-
fa del nuestro como Inglaterra, Bar-
tbelemy, estudiando el resultado de
la reforma, recientemente implantada
llega 4 esta conclusión : «la regla es
que la mujer vote como Su marido. »
«En cambio, cn los países escandi-
ravos no Sólo ol voto da la mujer,
sino el acceso de ésta á los cangos de
la administración pública Se ha lo- |
grado y So practiva: casi automática- |
mente. Y es porque en estos palses— |
Suecia, Norueza, Dinamarca, Fin- |
landia—la- mujer, frente al amor y
frente al hombre, obra con perfecta
independencia, con el Sentimiento so-
juzgado por la razón. Considerando—
Y
|
|
uno de los Areeursores de la emanci-
pación política de 17 mujer, en s
dramuy «Uasa do muñecas», que re- ¡
|
u;j
' ¡En este punto, es pueril hablar de dice el citado Barthelemy—la litera-
"memoria, Íque el yoto femenino¡ tura de un pueblo como la expre-
está ya e 50 en más de un sión Superior del su mentalidad, lo
e es del mundo, en algunos ha- ( que choca en la literatura: escandina-
ce ya bastantes años (en Nueva Ze- | 'va esla preocupación de hacer la
landa — ¡quién lo dijera! — desde | ¡teoría del amor. En este sentido fué
1893); y no se comprende cómo fe- | |el gran dramaénigo Enrique Ibsen |
tonvenientes del voto femenino no!
1
y
tán, como.se dice, en la incultura |'
da en la fácil Sugestionabilidad de|
la mujer, pues amba$ circunstancias, |
wás la venalidad interesada, existen |
AE e A Po A O o MIO
coge el ero de Sus preocupaciones en
esta orden de ideas. Ahora, bien, '
comparemios nosotros la teoría del
amor y ls posición de la; mujer fren-
te al hombre en «Casa de muñecas»
con el mismo problema visto.en nues-
tra dramaturgia, hecha á base de rap.
tos, adulterioS y. vielencias, A loS que
duden del abismo que Separa á nues-
tra mujer de e «Nora» noruega, les
diré que yo he visto representar el |
drama de Ibsen en tres grandes ca-
pitales de España, y en laS tres, el ||
público, del a formaban Parto
gran número de mujeres. muy istin-
guidas y enltas, ha acogido con ri-
Sas y protestas, Ó por lo menos con
indiferencia, das escenas del último |
¡acto, en que la protagonista, pe
vamente, Sofoca á Su corazón y á
Sexo y levanta el vuelo del Loria
Esto no conmoverá- jamás, 4 pesar
de su belleza hteraria, el corazón de
huestras mujeres. ¡No juzgo que esté |
bien ni mal. Pero es—y perdonad si ' |
os ¡parece incongruente. la conciu-
sión—indicio de una mala aptitud
Par" ir com independencia á las ur.
nas.
Por lo demás, entre nosotros
|
sigue repitiendo el tópico de que al
acudir la mujer al sufragio se puri-
ficarín 6ate. 'ASí lo: declaraba hace
poco, en la Academia de Jurispra-
dencia, doña María, Espinosa, que os-
tenta la máxima representación -ofi-
cial de nuestras feminiStas. Teórica-
mente no estaría bien acudir 4 la Iu-
cha contra las prejuicios que cole-
tecan á la mujer en Situación de inte-
rioridad, esgrimiendo otro Prejui-
c10, cual ez el «de la SupueSta inpe-
gridad política del sexo femenino
Y en (efecto, llas notícias de los
países en que el voto femenino es yn
nn hecho, así. nos lla demuestrah. |
Por ejemplo, en las elecciones de los ¿
Estados de América del Norte en que
votan las mugeros, se han reg ele
de entra otras los hechos pasantes |
que recogemos de diversos informes
femitidos por publicistas de todos los
bandos:
«No está en modo alguno demoS-
trado. que la entrada de las mujeres
en la política haya dado lugar 4 la
menor purificación de las costumbres
electoraleS». «Un Comité. del Congre-
so ha hecho und información de la
que resulta que alounos de las fran-
bía Pi cometido por mujeres».
¡«Se ha comprobado un Número gran-
¡de de mujeres que han tomado: di-
nero en laS elecciones». «Se comprue-
odas AS
4 nación de llos Estad 08,
¿ba que algunas , mujeres tienen uña | apenas
¡ras de electores». Y AS podríamos
Pa copiando. Barthelemy (y
Ma á citarle por Ser un paladín
del feminismo) termina uno de los
capítulos de su libro con las siguien-
tos palabras: «Es, pues, indudable.
que las mujeres. no Pes desde el pun-'
y
to de vista que los
hombres; tal vez 0CO mejores».
En boca de un nd el elogio
¡no es ciertamente excesivo.
- Mucho se habla. también de que el
voto de la mujer en /'ACTece-
ría el vigor de los partidos reaccio-
narios, En efecto, uno de los rasgos
psicológicos del: espíritu femenino es
£u tendencia conservadora, su pre-
vención ante las actitudes innovado-
ras. Rasgo legítimamente derivado
de la índole, también conservadora,
del metabolismo femenino, explicado
al principio de esta conferencia. En-
tre noSotros, la única irrupción del
sexo femenino, como tal coleciiyl-
dad, en la “política ha" sido, en efec-
to, en sentido derechista: me refiero
á la proteSta de las “Iujeres españo-
las cuando ciertos intentos de legis-
lación anticlerical en tiempos de Ca-
nalejas. En la misma Inglaterra - se
ha dado el caso significativo de que
en. la discusión de la ley del sufra-
gio femenino, en la Cámara de los
Lores, que, en gene éra hostil á
la reforma, entre los que: votaron 4.
favor figuran dos- ar obispos y to-
dos loS obispos, amente lo ha-.
rían con su cuenta. y ra 1. Sin em-
bargo, la lectura ' de dos. resultados:
de la intervención de la. mujer en el!
sufragio, según los ' datos de diver-
Sos países que tenemos á la vista;
dejan el ánimo perplejo. - A veces, |
como en flas elecciones. municipales
de Nueva York de 1918, se achaca 4
la mujer el fracaso delos socialistas; a
á veces, como en 1913, en Copenha-
gue, Se achaca al voto femenino el
triunfo de estos candidatos de la iz- E
quierda. Y es que, en el fondo, qcu-
rre lo que antes indjeábamos: que
la política sigue las fuctuaciónes que
le marcan llos; s y la interven-
ción de la mujer | a las mo-
¡ein luego:
tetra opinión es, por to A
Que al Jograr su icipación en el
E particip
sio y aun su ingreso en la exd-
ministración pública y en la glober- |
las mujeres|
án la ruta actual de las
especial reputación como corruptio-. coñas, En e terreno es pe bioló- |'
ls
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EE que el homBES ao y pese Se 013 E $ rl Po nIDER E 7 ¿)
todo, se impondrá siempre. Pero ndo | Que en lo rta 4 las nde
debe olvidar el bello sexo que aun- caciones jurídicas y políticas de la.
- aspiraciones políticas. del | 'mujer, el criterio biológico tiene que,
pre queda- | “Ser forzosamente feminista, aun ve
legítimo de| «on algunos reparos, respecto ú-“a
so Sexual, con oportunidad de aplicación de las; re-
D 1 mundo, pe-"! formas de orden político. | NE)
es que le dirigen. Y por fin, que al insistir en el pro-
erda oportunamen- “blema de la diferenciación de 108
e orcolts: el |
rol anodo de pensar, cres a cresirios ne
ra si Ampre
antiguas discusiones de: la est
“n houabrro tipo Sea lo mismo que
' ana Lajer pero tamb:
“jer Sea inferior al hombre 6 viceva
E ue sólo en
esta diferenciación sexual es borro-
Sa, pueden. legítimamente converger | huente de Su vida!
a mismo plano de actividad la mu- | Ho dicho. Pei:
Cy Uca
j
|
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Ss «sumerioridad de. uno de ellos Sobre |
as ¡el otro. Con palabras de un gran]
S | acne Ea pmbrmnorán o, pol odemo! |
¡decir: «A nadie Se ley ocurrirá que |
o que l: la Inu- 4
sa. Es absurdo discutir el valor dé |
los dos Sexos, Ambos existen, son in- |
dispeusables, y. dependientes el uno]
no y | del otro. Su: justificación está en que]
os casos—mucho más | Se completan. Es una dicha que to- |
frecuentes de lo que Se éree—en que do hombre nazca de una Iujer. Pues!
¡quién se atreverá á. despreciar: la]